Trudy Pocovi, es abogada, magister en Administración pública, investigadora, profesora de francés, cantante coral, y de otros oficios, pero vamos a destacarla por su labor literaria. Es una escritora que viene desarrollando su escritura desde hace muchos años, logrando el reconocimiento de colegas e instituciones. Premiada por sus letras en diversos certámenes y convocatorias. Una narrativa atrapante, cotidiana, cercana, o metafórica y abstracta, que se cristaliza en varias publicaciones personales y antologías colectivas. Se define como cuentista pero también entrega poesía a sus lectores. Los temas universales se encauzan en descripción de sentires cercanos, cotidianos. Hay narrativa testimonial y de paisaje. Trudy, nos cuenta de lugares y personajes más reales que ficcionales. Su poesía pone en juego el arte literario de calar profundo, y te lleva a la reflexión de esos temas intensos como la vida, la muerte, la añoranza, la luz y las sombras. Podemos mencionar que en su obra también se trasluce una inquietud por las realidades sociales, y le pone voz a diversos personajes vulnerados. Además, su escritura mantiene la cercanía con lo conocido como los fantasmas o mitos urbanos, con lo conocido, desde un murmullo que deambula por las calles de los barrios, por los cafés, por los bares, en una canoa o en un colectivo, por las costas o por la acera. La autora convierte, todos estos elementos, en jirones de cautivadoras tramas literarias. Es un placer conocer su obra, y un honor que sea parte de la Galería "Cohen Art Santa Fe" 2 020.
BIO | Esencial, en primera persona
"Nací en Santa Fe un 27 de diciembre de 1960, bajo el signo de Capricornio. Mi nombre, conforme el documento de identidad, es Gertrudis María Estela, pero elegí ser Trudy. Este es en realidad el nombre que mamá quería ponerme y que había leído en una novela, pero como era extranjero, las leyes que regían por entonces, no lo permitían.
Así, al bautizarme Gertrudis, mamá logró en parte el cometido de llamarme Trudy a la vez que satisfizo a la rama suizo-alemana de su familia.
De adolescente quería ser actriz y mi sueño era ir a Buenos Aires a estudiar en el Conservatorio Nacional; esa es una de las razones por la que comencé a estudiar el Profesorado de Francés (idioma que estudiaba desde los 9 años por mi abuela paterna, hija de franceses) que me permitía trabajar y ahorrar para mi deseado viaje a la Capital.
Aquello no se dio, pero cuando la vida me cerró esa puerta, Dios me abrió la ventana de la literatura me defino cuentista, pero la poesía no me es ajena.
Egresé del Instituto Superior de Formación Docente n° “Alte. Brown” (donde también cursé la mitad de la primaria y el secundario) como profesora de francés en 1983; ejercí varios años en la Alianza Francesa de Santa Fe y sumé reemplazos, pero como ya trabajaba en la Municipalidad de esta ciudad, abandoné la docencia. Aburrida, comencé a estudiar Derecho en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral, más atraída por materias como historia, filosofía, filosofía del derecho y sociología que por las propias de la carrera, pero el sistema de alumno libre me permitió trabajar y escribir.
En este período sumé numerosos premios, muchos con edición como “El cazador de Moscas” (Cuentos 1995) y “La Plomada de Don Vitto” (Cuentos 2005); en forma independiente, edité “La Casa de los Amos” (Cuentos 1993) y “Jirones de Nada” (poesía 2001) del Fondo Editorial de A.S.D.E.
Entre 1992 y 1993 coordiné el Taller Literario para Jóvenes dependiente de la Subsecretaría de Cultura de la Municipalidad de Santa Fe.
Con el título de Procuradora paso a desempeñarme en la Fiscalía Municipal, donde luego continué ya como Abogada. En 1998 comienzo el Magister en Administración Pública en la Facultad de Ciencias Económicas de la U.N.L. siendo parte de la primera promoción (2.001).
Hacia el final de Abogacía y, en particular con el Magíster, pasó a interesarme el campo investigativo. Así de 1996 hasta 2.000 formé parte de la Red de Investigadores del Mercosur; a partir de 2.001 participé en los Congresos de la Asociación Argentina de Administración Pública y CLAD entre otros, sumando numerosos artículos y ponencias publicados por estas organizaciones. Entre 2.014 y 2.017 fui docente de la Escuela de Política del Arzobispado de Santa Fe y entre 2.012 y 2.018 integré el Tribunal de Ética del Colegio de Abogados de esta ciudad.
Desde hace algunos años retomé mi actividad como escritora, gracias a amigos como Miguel Ángel Gavilán, Susana Ibáñez y Jorge Spais, con el que formarnos un grupo llamado "Lecturas de Verano” y que me ayudó muchísimo a retomar el lenguaje y los estilos poéticos después de tantas lecturas y escrituras técnicas.
Así hay en cajón un libro de poesía y otro de cuentos esperando poder ser publicados y borradores de un par más.
Actualmente me desempeño como presidente de la Asociación Santafesina de Escritores, cuya Comisión Directiva integré también entre 1998 y 2.002."
PREMIOS | Distinciones
De las numerosas premiaciones obtenidas, cabe destacar la siguiente lista:
- Premio Municipalidad de Santa Fe
- Premio XV Fiesta Nacional de las Letras en 1985
- Premio “Mateo Booz” para escritores jóvenes de la A.S.D.E.
- Premio “Julio Migno” de la Universidad Católica; Premio “Santa Gertrudis” de la Asociación de Escritoras Católica
- Premio “Hugo Mandón” de S.A.D.E;
- Premio de la Asociación Mutual de Empleados, Rosario, 1993
- Premio IV Encuentro Nacional de Escritores, Mendoza, 1994
- Premio Certamen Anual “Leoncio Gianello” por libro de poesía inédito, A.S.D.E
- Mención Especial en el Certamen “Rosalinda Fernández de Pairotén para poetas del litoral fluvial argentino”
- Premio Edición Municipalidad de Santa Fe género cuento ha publicado en revistas literarias de España y Austria y en diversos diarios del país.
OBRAS | Letras con narrativa y poesía
LA LOCA
(® Trudy Pocovi)
Todos le decía así, la Loca. Su nombre se había borrado como las señales de mano de las calles que pintaron alguna vez en las ochavas del barrio.
¡Chau Loca! Le gritábamos cuando pasaba por un costado del campito, contra el paredón de ladrillos sin revocar de la antigua fábrica de bulones, como sosteniéndose contra un abandono más grande y más doloroso que el suyo. Algunos le tiraban cosas, bolitas de paraíso, algún cascote… ella ni siquiera amagaba con atajarse como si la agresión y la burla le resbalaran por el cuero curtido por varios soles y hambrunas.
A veces cargaba una bolsa de plástico con trapos o con quién sabe qué. A veces tenía zapatos, a veces llevaba un botellón vacío, a veces…
Y una tarde de enero, en que nos refrescábamos en los piletones del parque Juan de Garay, el Peco preguntó: ¿Y la Loca? Hace rato que no se la ve…
En invierno solía desaparecer, sobre todo cuando algún vecino denunciaba la presencia de una persona en la calle, diciendo que probablemente se encontraba herida para que así, el servicio de emergencias viniera, la levantara y pasara unos días en el Hospital o en la comisaría, desintoxicándose…Pero en verano uno se la topaba siempre, hablando sola, dibujando con el dedo fantasmas en el aire.
— Se habrá muerto…respondió el Seba.
— ¡Naaaa!... debe andar por ái…
— En los vagones abandonados siempre se juntan cirujas ¿vamos? Invitó el Peco.
Trepamos el terraplén y anduvimos un buen rato por las vías moribundas hasta que advertimos la toldería improvisada con basura donde se oxidaba un pasado de trenes, viajes y aventuras.
— ¡El primero que la encuentra, gana! Gritó el Peco, siempre dando órdenes. Corrimos todos cuesta abajo, sin cuestionarlo, provocando un remolino de polvo y risas que ahuyentaba las miserias de los vagos y las nuestras.
No sé por qué me tocó a mí descubrirla. Un ovillo ceniciento de ropa grande y olor a orina. Quise llamarla, pero no tenía nombre…
— Señora… doña… Loca…
¡A Loca reaccionó! Se dio vuelta con ojos profundamente perdidos y negros. Abrió su boca desdentada como intentando decir algo, pero un aroma de muerte y vino barato tensó el silencio del aire.
— ¡Acá está! gritó el Colo y en segundos toda la tropa nos rodeaba.
— ¡Por fin apareciste, Loca! ¿dónde te habías metido?... ¿Qué tenés ahí?
Apretaba en entre sus dedos afilados un trozo de papel amarillento. Los chicos se lo quisieron sacar, pero se aferraba a él como a la vida misma. Intentó correr, cuatro zancadas entre caídas y risotadas ¡La Loca no sabe correr! ¡no sabe…! ¡a que se cae, a que se cae! ¡Dale Loca te doy diez de ventaja!
Y la Loca avanzaba a tientas entre plásticos y deshechos, agitando los brazos como aspas de un molino confundido y asustado. Nuestros gritos le cerraban los caminos y la hacía girar hacia uno y otro lado. Vueltas y más vueltas de ojos despellejados y muertos que miran y nunca ven, que no entienden de las risas y el griterío ni de los intentos vanos por quitarle el papel de entre los dedos. Así hasta llegar al puente del ferrocarril que cruzaba la avenida y entonces…
Entonces no sé bien que pasó… si la empujaron, si tropezó… solo sé que el cuerpecito menudo de la Loca sí podía pasar por entre los barrotes intentando un vuelo de alas rotas que no la sostendrían.
Todo se fueron al ver la sangre.
A mí me dio no sé qué y me quedé a esperar a su lado. Zulema Juárez, dijeron por alguna identificación que encontraron entre sus trapos. De Reconquista.
Denunciada desaparecida diez años atrás, con esquizofrenia, aportaron luego los noticieros. Su hija nunca dejó de buscarla.
A los canas les dije que no vi nada, que saltó, me parecía. Me quedé allí hasta que ambulancia y patrulleros desaparecieron en la casi noche, pero, al volverme, descubrí el pedazo de papel que la Loca apresaba tan rabiosamente. Un garabateo sencillo de una mujer y una niña. Mamá y Tina, escrito en imprenta.
POEMAS CON LUNAS
En tus ojos
la muerte
ha olvidado un misterio.
Un retazo de algo
o alguien
que no recuerdo
y que deslumbra indecente a la luna,
la luna
que indecente y altiva
esboza un brillo**
que es casi sonrisa
o tal vez casi burla
por tus restos de muerte
o mi penumbra.
(de "Poemas de luna, muerte y desamores" ® Trudy Pocoví)
URGENCIA DE MUERTE
Hoy me urge la muerte
en la sangre
en la carne
en el aire
que ya no te respira.
Urgencia
de morir al sol
con toda la luz
ardiendo vida
bajo los párpados.
Urgencia
de morir riendo
despeinada de arena
húmeda de sal y luna
de pie
erguida
y desnuda.
Muerta por la muerte misma
contra la persistencia de los límites
contra la resistencia de los absurdos
contra el imperio de lo ríspido
y las formas ultrajadas de las esencias.
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Hoy me urge
la sencilla muerte
del común reencuentro
con el sabio
-y aún tibio-
silencio llano de tu ojos
que
del otro lado
-y sólo dormidos-
me están esperando.
(de "Poemas de luna, muerte y desamores" ® Trudy Pocovi)
ADOLESCENTE DE EXTRAMUROS
Te veo y me atrapa
tu dolor inmanente,
el peso del mundo
agota tus hombros peregrinos
-qué perfidia ardiente
creerán que recogen-
Y la sombra brumosa que persiguen
tus pasos penitentes,
se disuelve llorosa
en la agonía enlutada
de los ladrillos.
Las maderas,
devotas en su olvido,
acompañan silenciosas
o con pena
ese amor absoluto
que creés perdido.
(de "Poemas de luna, muerte y desamores" ® Trudy Pocovi)
EXTRA | Links, redes sociales y contacto
RESEÑAS "Tintagrama Literario"
FACEBOOK: Trudy Pocovi
EMAIL: trudypocovi@hotmail.com
El arte literario ofrece una experiencia lejana o cercana, esa proximidad la logra el talento y/o la intención del escritor. En la escritura de Trudy Pocovi, existe esa distancia medida, los personajes, parte del inconsciente colectivo, se vuelven reconocidos en los cuentos de esta autora. Trudy parece tener la capacidad para crear tramas atrapantes, y como tomando los fragmentos de un gran edredón recrea diversas historias y relatos. Muchos de esos cuentos son nostálgicos, como anecdóticos y muchas de esa poesía es un registro de inquietudes existenciales. Por esto último, los lectores disfrutarán de narrativa o poesía que ingresará por lo sensorial y se acunará en el alma.
Esperamos hayan disfrutado el presente artículo, si es así los invitamos a dejarnos su #MeGusta, #Reacción y/o/a darle #compartir en sus redes sociales para difundir nuestro trabajo, pero sobre todas las cosas para darle promoción a la obra de Trudy. Le queda mucho por contar. ¡Buena vida luchadores!
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